Según explicó a Efe el secretario general de la Asociación de los Industriales del Tomate (AIT) lusa, Miguel Cambezes, esta industria esencialmente exportadora (cerca del 95 por ciento) genera ventas por más de 250 millones de euros (269,6 millones de dólares) y confía en alcanzar una producción de 2 millones de toneladas en torno a 2020.
Ese aumento puede contribuir a que Portugal, que ya es el cuarto exportador a nivel mundial de tomate, sobrepase a China y se convierta así en el primer abastecedor en el país nipón.
Además de consolidar una colaboración intensa con las fábricas de procesamiento de tomate españolas, especialmente las fronterizas, las imparables exportaciones lusas ponen ahora la mira en el archipiélago asiático.
La industria lusa ya exporta a ese país más de 30.000 toneladas anuales de tomate transformado, según datos de la Asociación Japonesa de Procesadores de Tomate, de modo que Japón supone para los portugueses el primer mercado individual.
Cambezes señala que los japoneses son "un pueblo que da mucha importancia a las señales que se transmiten", y en ese sentido lamenta que Passos Coelho no haya programado una reunión con los representantes japoneses del sector durante su viaje, centrado en la captación de inversión.
"Ellos seguramente entenderían esa reunión como un gesto de compromiso del Gobierno portugués", añadió Cambezes, quien matizó que eso no quiere decir que el Ejecutivo luso no colabore con esta industria. En su opinión, el tomate ha hecho méritos suficientes para ser reconocido como un "sector estratégico" del país.
El secretario de la AIT indicó que, a pesar de que las condiciones climatológicas adversas han lastrado las dos últimas campañas, las buenas expectativas están justificadas aunque haya variables que los productores portugueses no controlan.
A pesar de que en la tierra que provee materia prima para muchos de esos alimentos algunas de esas ideas son toda una extravagancia, los productores portugueses de tomate han sido sensibles a las demandas del mercado nipón.
El consejero delegado del grupo HIT, Martin Stilwell, afirma que el mercado japonés es "extremadamente exigente", lo que ha llevado a la empresa a centrar su producción en manufacturas poco tradicionales. Por esta razón, esta industria se ha interesado por la innovación tecnológica, lo que ha llevado a planear la próxima apertura de un Centro de Competencia del Tomate cerca de Lisboa, que quiere mejorar un 10 por ciento la producción y reducir un 10 por ciento los costes en los próximos años.
Los representantes del tomate luso cuentan con orgullo que su productividad media es la mayor de Europa, 90 toneladas por hectárea, gracias en parte a esos esfuerzos en innovación.
