Con esos documentos, los importadores tienen la seguridad de que los productos vegetales, incluidos los alimentos, se han inspeccionado y declarado libres de plagas, un riesgo para la economía local y el medio ambiente.
El nuevo sistema permitirá a los países no tener que recurrir a negociaciones bilaterales para autorizar el comercio de esas mercancías y simplificará los trámites, al tiempo que se reducirá su costo, según la nota.
"Un intercambio electrónica seguro de certificados eliminará los problemas que algunos países experimentan actualmente con el uso de certificados fraudulentos por parte de los importadores o exportadores", explicó Peter Thomson, responsable del equipo de la CIPP encargado de ese proyecto.
Los países firmantes de esa convención también aprobaron una solicitud a la Organización Mundial del Comercio con el fin de proporcionar fondos para poner en marcha la iniciativa, particularmente en aquellos países en desarrollo que no tienen la capacidad para participar en ella.
Expertos internacionales se han reunido esta semana en Roma para analizar nuevas formas de proteger alimentos como frutas y verduras de virus y otras enfermedades de las plantas, que con el comercio llegan cada vez a más zonas y reducen al año entre un 20 y un 40 por ciento las cosechas globales.
Cada año se colocan en el mercado internacional productos agrícolas por valor de 1,1 billones de dólares, de los que el 80 por ciento son alimentos, según la FAO.