Las fuertes lluvias y el viento procedente del ciclón tropical podían haber descendido sobre la isla norte del país. Sin embargo, se fue debilitando a su paso por la zona. Según informan desde dicha asociación, no ha habido un parte de daños significativo y todas las áreas de producción parecen haber escapado de los daños del ciclón, por lo que el programa de exportación de esta fruta sigue su ritmo.
Sin embargo, algunos productores neozelandeses prefieren prevenir daños en sus cultivos frente a las amenazas naturales y han colocado capas protectoras sobre los cultivos para protegerlos del viento y el granizo. Aunque estas instalaciones son costosas, los agricultores ya han notado sus efectos en los niveles de producción.
