La caída de las importaciones está afectando no sólo a los países vetados, sino también a las empresas comercializadoras locales que no pueden satisfacer la demanda de los consumidores rusos por falta de suministro.
Las importaciones de frutas y verduras han caído de forma drástica una media de un 180 por ciento respecto a la pasada campaña, siendo las frutas las más perjudicadas con un descenso del 190 por ciento y las hortícolas un 170 por ciento.
Los expertos de Rossiyskaya Gazeta predijeron ese descenso a principios de 2015, ya que hasta finales de 2014 existía una alta demanda por parte del consumidor local rusolación que pretendía invertir sus encogidos ahorros en cualquier tipo de mercancías.