Internacional

Empiezan los trabajos en la UE para revisar el sector de frutas y hortalizas

El Parlamento Europeo (PE) ha empezado ya los trabajos para examinar -junto con otras instituciones- la regulación del sector de frutas y hortalizas, según ha asegurado, en una entrevista con Efeagro, el presidente de la comisión de Agricultura de la Eurocámara, Czeslaw Adam Siekierski.

"Hemos empezado a trabajar en la evaluación de la reforma del mercado hortofrutícola aprobada en 2007", ha señalado el polaco Siekierski (Partido Popular Europeo, PPE).

Dentro de Unión Europea (UE), la Eurocámara tiene poder de decisión en agricultura junto con el Consejo de Ministros (representantes de los Gobiernos), y ambas instituciones discuten sobre las propuestas de la Comisión Europea.

La regulación del mercado hortofrutícola es una de las más importantes para España, país comunitario líder en esta producción.

En relación al veto de Rusia a las exportaciones agroalimentarias occidentales, Siekierski ha recalcado que el segmento de las frutas y verduras ha sido el más perjudicado, por las consecuencias en los mercados.

El eurodiputado ha remarcado el alcance del boicot de Moscú en la agricultura: "La UE no estaba preparada para problemas a esa escala, y tenemos que estabilizar el mercado, a la vez que paliamos al menos en parte las pérdidas de los productores para evitar que vayan a la quiebra y lograr que inicien nuevos ciclos de producción".

A su juicio, el apoyo financiero para las compensaciones ha sido "insuficiente" en comparación con la magnitud del embargo y, en algunos casos, "llegó tarde".

El presidente de la comisión parlamentaria ha defendido la continuidad de los programas para el reparto de frutas y hortalizas en los colegios, con la posibilidad de retoques, aunque haya partidarios de eliminarlos y de dejarlos en manos de los países.

"La sociedad recibe muy bien estos planes y su supresión en momentos de crisis tendría una acogida muy negativa", según Siekierski.

También ha citado los trámites legislativos para regular la agricultura ecológica, tras reconocer que es especialmente controvertida la negociación entre las tres instituciones de la UE sobre las leyes de sanidad animal, por las diferencias de opinión.