El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-segura (Scrats), José Manuel Claver, ha dicho en rueda de prensa que en enero se reunieron con la directora general del Agua, Liana Ardiles, pero no han vuelto a saber nada, y la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, "no ha sido capaz de pisar esta tierra" desde que tomó posesión.
En este sentido, indicó que la reunión en el Congreso de García Tejerina con el presidente de Murcia, Alberto Garre, y de de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, "duda mucho" que tenga algún resultado, si bien reconoció que Garre "va con mucha ilusión, pero la que no se si tiene idea o capacidad es la ministra, de la que no le hemos oído absolutamente nada".
A la ministra el Sscrats le pidió una entrevista hace tiempo, pero hasta el momento no han recibido respuesta. "No lo puedo comprender", comentó. "Ha habido muchas buenas voluntades, pero no podemos seguir soltando hilo a la birlocha y el agua no la vislumbramos", agregó.
"No queremos mas promesas y compromisos o decir que les preocupa porque eso lo llevamos oyendo mucho tiempo; queremos soluciones inmediatas que se traduzcan en agua", aseveró.
Indicó que si tras la reunión de esta tarde "es mas de lo mismo, nos veríamos en situación de salir a la calle de aquí al 20 de marzo" como primera medida, antes de la cual habría una macroasamblea en el Auditorio Regional "Víctor Villegas, a la que invitarían a todos los sectores implicados.
A su juicio, la sociedad tiene que entender que el trasvase del Tajo no sólo es para ellos, sino que es algo que interesa a toda la sociedad y a todo el Sureste español.
Indicó que la situación todavía no es que no tengan agua, sino que las comunidades de regantes están recortando el uso de la que tienen asignada ante el temor que en el futuro no tengan recursos hídricos. "Es una pena vernos en esta situación. Parece que nos ha caído una maldición con el tema del agua", añadió.
"Ya está bien de historias y circunloquios. Queremos una solución definitiva o cada año estaremos al hilo de la navaja a ver si hay o no hay agua", remarcó, y explicó que "el agua es un elemento básico y si no hay agua es como si no hay luz eléctrica".
Comentó que antes del verano comenzó a notar problemas y entonces ya avisaron a los regantes que fueran moderados en las plantaciones de los cultivos y desde entonces, dijo que los regantes se han convertido "en convidados de piedra a los que nadie les cuenta nada a pesar de que somos los principales beneficiarios de película. Si estuvieran haciendo algo estarían tocando la trompeta", en referencia a que el gobierno lo habría comunicado convenientemente.
Indicó que en un momento dado "alguien decide que eso no lo van a abordar en un año electoral", pero señaló que una de las cosas que se podrían abordar de inmediato sería que el Secretario de Estado de Medio Ambiente, que es a su vez presidente de Acuamed, debería sentarse con ellos para abordar el precio del agua desalada. "No pedimos precio social del agua, sino un precio razonable", porque el precio social sería de cero euros como otros regantes de España reciben.
A su juicio, "estamos en manos de la peor contaminación que tiene el agua, la contaminación política".
Respecto al tema del precio del agua desalada, criticó que la sociedad estatal Acuamed baraje un precio de 50 céntimos el metro cúbico, que con el IVA, a pie de planta, y con el 10% de pérdidas, supondría finalmente unos 66 céntimos al regante, cuantía que calificó como "auténtico disparate".