"Ya hemos notado que por la reducción en los cultivos debido a la sequía algunos trabajadores agrarios han tenido que emigrar a otros estados para conseguir trabajo en el campo", comentó a Efe Diana Tellefson, directora ejecutiva de la Fundación de la Unión de Campesinos (UFW, en inglés).
"Va a depender mucho de las condiciones de trabajo para que aquellos inmigrantes indocumentados que se beneficien del alivio migratorio continúen laborando en los cultivos de California", aseveró Tellefson, quien recalcó que los trabajadores preferirán mantenerse en California si consiguen un salario mejor y "sufrir menos abusos", antes que aventurarse a otros estados.
La preocupación entre los cultivadores de California es que cuando miles de campesinos indocumentados obtengan un permiso de trabajo muchos quizás busquen emplearse en sectores mejor pagados, como hostelería o construcción, una circunstancia que propiciaría una falta de mano de obra sin visos de ser compensada.
"Lo poco que tenemos lo tenemos aquí, y al menos sabemos cómo son las cosas en California", comentó a Efe Pedro Galván, un trabajador agrario y organizador comunitario del Valle de San Joaquín.
Para este mexicano, padre de cuatro niños, cabría aplicar aquí el refrán de "más vale malo conocido que bueno por conocer".
Según datos de la asociación de comercio Western Growers, actualmente hay una escasez de trabajadores agrarios de entre 15 y 20 por ciento, un dato que ha motivado a esta asociación pedir al Congreso una reforma sustancial a la ley de inmigración que incluya un programa de trabajadores huéspedes.
"Lo más delicado de las situación es que no tenemos cómo conseguir más trabajadores en caso de una escasez", declaró a Efe Jason Resnick, de la asociación Western Growers.
Western Growers advierte que la amenaza de no contar con mano de obra suficiente, especialmente para la recolección de las cosechas, puede hacer que muchos cultivadores, acosados también por la sequía, reduzcan la siembra en 2015, lo que sin duda perjudicaría no sólo a la industria y los trabajadores, sino también al país.
Aunque la situación puede significar un serio revés para la industria agrícola de California, que mueve cada año unos 46.000 millones de dólares, no todos creen que vaya a presentarse una crisis en la oferta de mano de obra.
"Los trabajadores indocumentados agrarios en el Valle Central son personas con poca educación y generalmente provienen del trabajo del campo en sus países", señaló Ed Kissam, un experto en inmigración del grupo de Defensoría WKF Giving Fund.
Según Kissam, no es fácil que estas personas acostumbradas a la labor agrícola se cambien a trabajos como construcción o servicios, donde se necesita una mayor especialización.
"Sinceramente, la realidad es que al dejar de ser indocumentados, muchos trabajadores agrarios podrán sentirse más seguros para reclamar sus derechos y buscar trabajos en el mismo sector agrícola donde los traten mejor", destacó.
"Yo creo que parte de la preocupación de los agricultores es que van a perder un grupo de trabajadores ‘sin derechos’ que soportan condiciones de trabajo inhumanas y pagos por debajo (de lo establecido) por la ley", detalló Galván.
Según la Oficina de Estadísticas Laborales, California cuenta con cerca de 330.000 trabajadores agrarios, siendo el estado con mayor número de trabajadores agrícolas en el país.
Un análisis de WKF Giving Fund considera que cerca de un tercio de todos los trabajadores agrarios del país, aproximadamente 418.000, califican para el alivio migratorio ofrecido por el presidente Obama.