En una nota de prensa, Asaja ha justificado esta petición, porque mientras que en lo que va de año el precio del petróleo ha experimentado un descenso de entre un 35 y un 40 por ciento, el gasóleo agrícola solo ha bajado entre el 8 y el 10 por ciento.
Asaja ha precisado en el mes de enero el precio del petróleo Brent alcanzó su cota máxima de 111 dólares el barril, mientras que ahora cotiza alrededor de los 80 dólares.
A su vez, en enero el precio del gasóleo agrícola se situaba en torno a 0,89 euros y ahora se paga a 0,80 euros.
Para la organización agraria, es necesario que la Administración establezca mecanismos: "para que, al igual que el precio del barril de petróleo experimenta una evolución casi paralela a la del gasóleo agrícola en las coyunturas de tendencia al alza, el gasóleo agrícola registre bajadas en la misma proporción que se reduce el precio del barril del petróleo".
Desde hace años no se produce esta bajada acompasada, ha apuntado Asaja, que considera "que los agricultores y los ganaderos están sufriendo las consecuencias de un desequilibrio del sistema de mercado que nada tiene que ver con el tipo de cambio euro/dólar".
Además, los agricultores y ganaderos están soportando precios de los costes de producción que después no se reflejan en los precios de venta de sus productos, como en la energía eléctrica, los fertilizantes o las semillas, ha advertido Asaja.
Ha añadido que los productores de semillas están presionando para que se impulsen normas desde el Gobierno que obliguen al uso de semillas certificadas en explotaciones agrícolas, "cuyos precios aumentan aún más los costes de producción de las explotaciones, y sin una oferta del producto en cantidad".
Está circunstancia "está dificultando a los agricultores encontrar semillas certificadas, principalmente de leguminosas y guisantes", ha indicado Asaja de Castilla-La Mancha.
En este sentido, ha lamentado que mientras al sector agrario se le exige continuamente la producción de alimentos de calidad, "desde las administraciones no se adopten las medidas necesarias para garantizar esa demanda y, por tanto, reducir sus costes de producción, lo que desembocará en el cierre de muchas explotaciones agrarias".