Los productores también demandaron al Gobierno polaco más apoyo ante las dificultades que atraviesan por el veto ruso, ya que calculan que el sector podría perder cerca de 900 millones de euros anuales.
Moscú introdujo el embargo el pasado 1 de agosto en respuesta a las sanciones que la Unión Europea había impuesto previamente a intereses rusos como castigo por la posición del Kremlin en la crisis de Ucrania.
La UE puso entonces en marcha un programa de ayudas para los agricultores afectados, aunque fue suspendido a mediados de septiembre después de que la Comisión Europea acusase a los productores polacos de solicitar compensaciones desproporcionadas.
"La Comisión suspende las medidas de emergencia para las frutas y hortalizas perecederas (después de reclamaciones cuestionables), y ahora está tratando de diseñar un plan más específico", señaló entonces el portavoz de Agricultura, Roger Waite, quien explicó que las peticiones de algunos países superan varias veces la media anual de exportaciones de la UE.
Polonia, uno de los países más activos a la hora de solicitar sanciones contra Rusia, es también uno de los más afectados por el bloqueo ruso, ya que una parte importante de manzanas y otros productos hortofrutícolas polacos, como el repollo, se exportaban al mercado ruso.
Los manifestantes amenazaron con movilizaciones en todo el país si el Gobierno polaco no toma cartas en el asunto y apoya a los productores afectados por la prohibición rusa de importar frutas y verduras europeas.
El veto ruso ha provocado que el precio de venta al por mayor de productos como la manzana polaca haya caído significativamente.
Un informe de la UE publicado en septiembre estima que la industria alimentaria de la Unión Europea podría perder más de 5.000 millones de euros anuales por el embargo ruso.