Fuentes policiales consultadas por Efe han confirmado que el cargamento de melones ha sido interceptado en una furgoneta de gran tamaño y de color blanco cerca de la zona conocida como "Arroyo del Pilar", que se vendían ante los ojos de los propios policías.
Los agentes, de hecho, se percataron de la venta ambulante de los melones, y cuando se acercaron a la furgoneta sus ocupantes intentaron darse a la fuga, lo que no consiguieron a pesar de que patrullaban a pie.
Los vendedores no pudieron acreditar mediante facturas la procedencia de los melones, por lo que la Policía sospecha de que pudieran haber sido robados o adquiridos de forma fraudulenta.
Los melones han sido almacenados en dependencias policiales cartayeras, a la espera de que un veterinario certifique que son aptos para el consumo humano, y si es así serán enviados a una institución benéfica, para ser destruidos en caso contrario, según las mismas fuentes.



















