Desde el año 2008 se ha evidenciado un descenso anual de las zonas de producción de manzana debido a que la desaparición de los huertos destinados a la producción de manzana ha sido menor que la creación de nuevas zonas de cultivo para manzana.
Sin embargo, en los últimos cinco años se ha evidenciado un crecimiento en las zonas de producción de estos frutales, lo que ha provocado un mayor volumen de producción que ha conseguido triplicar la producción.
Esta situación tampoco supone un motivo de euforia, ya que los productores locales de manzana en Crimea muestran una gran preocupación ante la falta de suministro de agua, lo que puede provocar graves repercusiones para el sector.