Estas mujeres se enfrentan a la inestabilidad laboral, la informalidad, bajos salarios y una escasa protección social según una nota sobre Trabajo Rural difundida por las Oficinas regionales de la FAO y la OIT.
"Para cambiar esta situación es fundamental asegurar el respeto por el salario mínimo, regular la subcontratación para evitar la informalidad y precarización laboral y regularizar los permisos de trabajo de las mujeres inmigrantes", señaló en la nota el experto de la FAO Alejandro Flores.
Aunque las mujeres representan el 35 por ciento de la población rural económicamente activa de América Latina y el Caribe, la intensificación de la jornada de trabajo "más allá de los límites razonables" evidencia la precarización del empleo, según el informe.
Muchas trabajan sin contrato y, por la naturaleza temporal de sus empleos, tienen difícil el acceso a los beneficios de la seguridad social, puntualiza.
Los organismos internacionales observan muy poca disponibilidad de servicios de guardería instalaciones que ayudarían mucho a mejorar la inserción de la mujer a la fuerza laboral.
De hecho, Gerhard Reinecke, Especialista Principal en Políticas de Empleo de la Oficina de la OIT para el Cono Sur, añadió que hay que incorporar "seguros de desempleo y el cuidado infantil en la legislación laboral".