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La burocracia de certificación y el esfuerzo económico, principales frenos del ‘eco’

El recorte de las hectáreas dedicadas a la producción ecológica alcanza las 47.000 hectáreas y un valor de 2,94 millones de euros.

Respecto al recorte de las hectáreas dedicadas a la producción ecológica -el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación informó el pasado mes de que en España son 2,94 millones en 2024, casi 47.000 menos que en 2023-, ha explicado que obedece a que algunos agricultores «no acaban de ver la ventaja comercial a certificarse».

«Detectamos que hay una frenada, porque algunos siguen haciendo producción ecológica, que es reconocida por los consumidores en los circuitos de venta directa, pero sin el esfuerzo económico y burocrático de la certificación, ya que no se traduce en un mayor reconocimiento o mayores ventas«, ha explicado.

La presidenta de Vida Sana también ha hecho referencia al horizonte que se avecina con la negociación del futuro paquete para la Política Agrícola Común (PAC) y la menor apuesta de algunas fuerzas políticas por el Pacto Verde Europeo.

«Son malos tiempos, pero ya estamos acostumbrados» en el sector de producción ecológica, «que fue el que tiró del carro adelante para que el Pacto Verde se consolidara, con su propuesta de conseguir que el 25 % de la superficie agraria europea fuera ecológica para 2030«, ha lamentado.

A su juicio, «que de nuevo se primen los temas económicos por encima de todo», solo se traducirá en una «gran polarización en el campo», en el que habrá «grandes empresas multinacionales tecnificadas para producir alimentos» en detrimento de las que defiende la agricultura ecológica, las sostenibles y familiares.

«Nuestra principal herramienta para poder seguir defendiendo nuestro modelo de producción va a ser la salud global, porque no tener en cuenta el medio ambiente, nos acaba repercutiendo a todos; espero que al final se imponga el sentido común», ha añadido.

Retos

Entre los retos que afronta la producción ecológica, Montse Escutia, presidenta de la asociación Vida Sana, ha resaltado la apuesta del sector por «aumentar el consumo en España» y analizar cómo frenar el ‘greenwashing’ o lavado verde que algunas empresas realizan, «con mensajes que no son del todo ciertos y que les ayudan a vender más».

Ha explicado que el «greenwashing» afecta muchísimo al sector de producción ecológica ya que su logotipo europeo de la «eurohoja» debe competir con la proliferación de otros no reglados como «sostenible, vegano o regenarativo, por ejemplo», que aparecen en el etiquetado de algunos alimentos y «confunden a los consumidores».

«La alimentación ecológica es la única que tiene detrás un reglamento europeo que precisa cómo se tiene que producir ese alimento, con reglas muy claras, que han sido la clave de su éxito», ha sentenciado.

Ha reconocido que la crisis económica de los últimos años «no está ayudando nada a que las personas estén dispuestas a pagar el sobreprecio normal de los alimentos ecológicos», aunque a la vez ha matizado que «el precio de los alimentos convencionales ha subido proporcionalmente más que el de los ecológicos» en estos años.

Biocultura

Biocultura, la feria de productos ecológicos y consumo responsable, abrirá mañana sus puertas en Ifema Madrid en una edición que, como novedad, pone «énfasis en sus propuestas para el público profesional», con más mesas redondas y jornadas con el objetivo de elevar el consumo de estos alimentos.

Este año, más de 400 expositores y 50.000 visitantes se darán cita en la feria, que este año cumple su cuadragésima primera edición y comparte las instalaciones con la primera edición de Expo Sagris, centrada en acercar el campo a los más jóvenes de la ciudad.

Escutia se estrena este año como directora de la feria y en la presidencia de la asociación Vida Sana, tras la jubilación de Ángeles Parra, que hasta ahora ocupaba ambos cargos.