La seguridad alimentaria ya no es un valor añadido, sino un requisito estructural para competir en los mercados internacionales. En un mundo hiperregulado, donde cada envío de frutas, hortalizas o productos procesados se enfrenta a controles aduaneros, sanitarios y fitosanitarios, las certificaciones internacionales se han convertido en los verdaderos pasaportes del comercio global.
Tres certificaciones alimentarias destacan en este escenario: GlobalG.A.P., BRC e IFS. Su importancia radica en que no solo avalan la seguridad del producto, sino que facilitan la fluidez comercial, minimizan riesgos de rechazo y generan confianza en importadores y autoridades.
Hoy la certificación no es un extra: es la llave que separa a las empresas que permanecen en los mercados internacionales de las que se quedan atrás.
España, potencia mundial en certificaciones alimentarias
El sector hortofrutícola español no solo lidera en volumen de exportaciones —más de 15.000 millones de euros en 2024, según FEPEX—, sino también en la adopción de certificaciones de calidad:
- Certificación alimentaria GlobalG.A.P. España cuenta con 577 operadores certificados, situándose como el primer país del mundo en este estándar agrícola (Informe GlobalG.A.P. Integrity 2024).
- Certificación BRCGS e IFS. Ambos estándares están reconocidos por la Global Food Safety Initiative (GFSI) como programas de referencia en seguridad alimentaria (GFSI). Aunque no existen cifras oficiales abiertas del número de certificados en España, su presencia en procesadoras y exportadoras es clave para competir en mercados anglosajones y europeos.
Este liderazgo confirma que la certificación ha pasado de ser una ventaja a convertirse en una condición indispensable para exportar.
Certificación GlobalG.A.P.: calidad y sostenibilidad desde el campo
GlobalG.A.P. garantiza que la producción agrícola cumple con buenas prácticas, sostenibilidad y trazabilidad. Avala el uso responsable de fitosanitarios y el respeto a normas sociales y medioambientales.
Mercados clave:
- Unión Europea: Carrefour, Aldi o Lidl lo exigen.
- Reino Unido: Tesco o Sainsbury’s lo incluyen como requisito básico.
- Asia: Japón y Corea del Sur lo valoran como sinónimo de inocuidad.
Con casi 50.000 operadores certificados en España, GlobalG.A.P. es el idioma común entre el campo español y los distribuidores internacionales.
Certificación BRC: la llave para conquistar el mercado anglosajón
BRCGS (British Retail Consortium Global Standards) nació en Reino Unido y hoy es un estándar de referencia mundial. Evalúa desde instalaciones y procesos hasta el producto final, otorgando clasificaciones (AA, A o B) que transmiten seguridad y fiabilidad.
Mercados donde es imprescindible:
- Reino Unido: prácticamente todos los supermercados lo exigen (Tesco, Asda, Waitrose, Marks & Spencer).
- Estados Unidos y Canadá: creciente demanda entre importadores.
- Medio Oriente: Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí lo reconocen como sello de confianza.
Obtener un certificado BRC supone credibilidad inmediata en los mercados anglosajones, donde la seguridad alimentaria es clave para cerrar contratos.
Certificado alimentario IFS: transparencia y eficiencia en Europa continental
IFS (International Featured Standards), nacido en Alemania, es el estándar favorito de los grandes distribuidores europeos. Pone el foco en trazabilidad, transparencia y eficiencia operativa.
Mercados que lo exigen:
- Alemania: Edeka, Rewe, Metro, Lidl.
- Francia: Carrefour, Auchan, Intermarché.
- Italia y España: Coop Italia y Mercadona lo incluyen en sus homologaciones.
Su principal ventaja es que, al estar reconocido en varios países, permite evitar auditorías duplicadas, reduciendo costes y tiempos para las empresas.
El papel de los expertos en comercio exterior con estas certificaciones alimentarias
En Masegosa Consulting ayudamos a que estas certificaciones no sean un mero trámite burocrático, sino un activo estratégico de internacionalización. Nuestro acompañamiento incluye:
- Diagnóstico inicial y selección de la certificación adecuada.
- Implantación de sistemas de gestión adaptados a cada empresa.
- Formación del equipo para asegurar cumplimiento continuo.
- Auditorías internas y preparación para la auditoría externa.
- Mantenimiento y actualización frente a nuevas exigencias regulatorias.
En un entorno global cada vez más exigente, las certificaciones GlobalG.A.P., BRC e IFS se han convertido en las llaves invisibles que abren fronteras comerciales. No son simples sellos: son garantías de confianza, reputación y acceso a los principales mercados.
En nuestra consultoría en comercio internacional trabajamos para que estas certificaciones se traduzcan en lo que realmente importa: más clientes, menos riesgos y una posición más sólida en el comercio exterior.