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La falta de frutas y verduras en la dieta causa el 31 por ciento de las cardiopatías

La falta de consumo de frutas y verduras en la dieta diaria causa el 31 por ciento de las cardiopatías isquémicas y provoca un 19 por ciento de los cánceres gastrointestinales diagnosticados en todo el mundo.

Estos son algunos de los datos aportados por el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS) en el VII Foro de Innovación en Biomedicina, celebrado en el Centro de Investigación Biomédica de Aragón (CIBA) en Zaragoza, al que ha asistido un centenar de expertos, entre empresas, investigadores y denominaciones de origen.

Durante este encuentro, inaugurado por el consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón, Ricardo Oliván, se han destacado los beneficios del consumo de productos cardiosaludables, confirmados por distintas investigaciones científicas.

Este ha sido precisamente el objetivo de este foro, según ha explicado el director gerente del CIBA, Luis Rosell, incentivar el consumo de estos productos, apoyándolo en investigaciones científicas que confirmen que previenen enfermedades cardiovasculares.

A partir de ahí, ha comentado, investigadores y empresas deben crear sinergias y aunar esfuerzos para incentivar en Aragón no sólo su ingesta, sino también el cultivo de estas variedades autóctonas.

El tomate rosa de Barbastro, la cebolla de Fuentes de Ebro y la cereza de Bolea, entre otros, son algunos de los productos que componen esta cesta saludable.

También, el melocotón de Calanda, rico en vitaminas C, B3, B6 y en hierro y necesario para sintetizar otros aminoácidos como la carnitina, que protege al organismo de fallos cardiacos y anginas de pecho, ha indicado el director del Mercado en Origen de Frutas del Bajo Cinca y el Bajo Aragón, Juan José Orriés, ingeniero agrónomo.

Además de estos productos, en este cesta cardiosaludable cabrían además muchos otros, ya que el CITA tiene un banco de germoplasma que conserva más de 1.400 semillas de hortalizas autóctonas de Aragón, ha indicado a Efe la directora de investigación del CITA, Clara Marín.

Muchos de ellos no se cultivan en Aragón, a pesar de ser variedades autóctonas, debido en parte a que el sector productor aragonés no lo conoce, ha indicado Marín, quien ha señalado que la investigación científica ayudará a resaltar sus "bondades" y a fomentar su cultivo.

"Además, hay que conocer los sistemas de producción específicos para poder hacer un buen producto en valor, ya que no es lo mismo producir, por ejemplo, el tomate rosa en una tierra que en otra", ha puntualizado.

Todos estos productos tienen unas propiedades organolépticas únicas y mayor capacidad antioxidante, además de menores niveles de grasa, que previenen tanto las cardiopatías isquémicas como los cánceres gastrointestinales.

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