Investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena han conseguido reducir el uso de fertilizantes minerales en cultivos de patata aplicando bioestimulantes, que también reducen las enfermedades de la planta y la lixiviación de nutrientes.
Estos ensayos, publicados este mes en la revista internacional ‘Chemical and Biological Technologies in Agriculture’ y realizados en la finca experimental de la UPCT, muestran que se pueden conseguir los mismos rendimientos agrícolas sustituyendo parte de la fertilización tradicional por la aplicación de microorganismos, como bacterias y hongos, que mejoran la salud del suelo y las plantas, reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero y enfermedades.
Estas técnicas son especialmente interesantes en zonas semiáridas como el Campo de Cartagena, cuyos productores promueven la creación de un sello de calidad para su patata temprana que contribuya a mejorar su comercialización.
El cultivo intensivo de patata depende en gran medida del uso de fertilizantes minerales que pueden ser perjudiciales para el medio ambiente. “La aplicación de bioestimulantes es una alternativa sostenible para mejorar la disponibilidad de nutrientes y la salud de las plantas”, ha explicado Irene Ollio, una de sus autoras.
Rendimiento
“El tratamiento con bioestimulantes ha permitido mantener el mismo rendimiento mejorando el valor comercial de la producción, reduciendo un 40 % las emisiones de CO2, mejorando la biodiversidad microbiana y bajando la presencia de fitopatógenos”, ha explicado Ollio.
Estas técnicas demuestran ser una “estrategia prometedora para reducir los insumos de fertilizantes químicos en el cultivo de patata en zonas semiáridas al mejorar las funciones beneficiosas del suelo, promover temporalmente los microbios beneficiosos, mejorar el ciclo del nitrógeno y suprimir los patógenos, apoyando así un microbioma de cultivo resistente”, según ha añadido.
Los ensayos se enmarcan en el proyecto europeo Soildiver Agro, y se realizan en colaboración con Asaja y la empresa Fyneco.