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Frutas

La cosecha europea de albaricoque de este verano disminuirá en un 10%

España mantendrá la producción de 2024 pendiente de evaluar los daños ocasionados por la granizada.

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Con un déficit de producción en Italia y, sobre todo, en Grecia, estabilidad en España y una casi vuelta a la normalidad en Francia la cosecha europea de albaricoques se sitúa un 10% por debajo de la producción de 2024, con 508.000 toneladas previstas, y un 1% por encima de la media 2019-2023.

Grecia. Desde hace algunos años, el potencial de la producción griega no se alcanza completamente a causa de las heladas o de las lluvias durante la floración.

Este año, la situación es similar a causa de la helada del 21-22 de marzo y de los daños bastante importantes causados ​​por este episodio climático…

Con una producción prevista de cerca de 67.750 toneladas para 2025, la producción griega se sitúa un 34% por debajo de la del año pasado y un 16% por debajo de la media del período 2019-2023.

España. En 2024, la producción española de albaricoques fue de poco más de 135.000 toneladas, sin accidentes climáticos destacables pero con una sequía persistente en todas las zonas de producción.

Este año, la floración se ha visto marcada por temperaturas relativamente bajas y precipitaciones frecuentes y en ocasiones abundantes, lo que ha permitido alejar temporalmente el riesgo de sequía, pero que genera dudas sobre el potencial real de producción tras la fase de diferenciación de los frutos, actualmente en curso para muchas variedades.

Las previsiones de cosecha para 2025 facilitadas por la Federación de Cooperativas Españolas indican estabilidad respecto al año anterior, con una previsión de 136.000 toneladas, aunque estas cifras podrían revisarse a la baja a medida que avance el desarrollo vegetativo.

Italia. Para 2025, la oferta italiana se calcula en unas 199.500 toneladas, es decir, –19% respecto a la buena añada de 2024, y se posiciona a niveles inferiores a 2023; por tanto, seguimos por debajo del potencial de producción también este año.

La ligera disminución de las superficies en el ámbito italiano en curso desde hace años continúa (-4% respecto a 2024).

Francia. La producción francesa de albaricoques probablemente volverá a un nivel satisfactorio este año, después de una cosecha 2024 que ha caído casi un 40%. La oferta, que podía alcanzar un nivel alto dependiendo del fenómeno de alternancia, será sin embargo moderada a causa de una caída fisiológica importante por la lluvia durante la floración. La producción francesa de albaricoques sufrió el pasado año una disminución importante, tal y como se preveía, con un déficit de más de un tercio respecto al potencial. La causa de esto fueron las malas condiciones invernales.

En todas las zonas de producción, la primavera ha sido caprichosa, con temperaturas más bajas que en años anteriores y, sobre todo, con precipitaciones frecuentes durante la floración, lo que ha afectado negativamente sobre todo a las variedades autoinfértiles, que son a menudo las más tempranas y que abren el mercado.

Estas condiciones meteorológicas también han retrasado el desarrollo de la vegetación, con un retraso previsto de 10 a 15 días para las primeras cosechas en todas las zonas de producción.

Turquía

Hay que fijarse con la situación en Turquía, primer productor mundial, cuyo potencial de producción de albaricoques es superior al de toda Europa. Turquía ha estado afectada por una ola de frío excepcional en primavera, que ha reducido la producción en más de un 70%, especialmente en la región de Malatya, principal zona productora del país. Aunque la gran mayoría de la producción turca se destina al secado, una parte se exporta en fresco hacia Europa del Este y Alemania, lo que este año no será posible.

En 2024, la producción de albaricoques en Europa estuvo marcada por el déficit de producción en el valle del Ródano, en Francia. En las demás zonas productoras, sin ser óptima, la producción fue media, con un retorno a la normalidad en algunas áreas después del déficit de 2023, como por ejemplo en Emilia-Romaña, lo que dio lugar a un nivel de producción europeo de poco más de 560.000 toneladas el año pasado.