Minimizar los envases y residuos generados, restringir el uso de compuestos «preocupantes» para la salud -como plomo o mercurio- e imponer una etiqueta armonizada en la UE son algunas de las principales claves del nuevo reglamento de envases que entra este martes en vigor.
Esta normativa marca «un antes y un después» en el sector agroalimentario, según un comunicado del centro tecnológico AINIA, que resume en un decálogo los puntos más importantes del nuevo marco normativo de Envases y Residuos de Envases 40/2025 publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea y que entrará en vigor este martes, aunque las empresas tienen de plazo hasta el 12 de agosto de 2026 para adaptarse.
El objetivo es aplicar un marco regulatorio «claro» que permita fomentar la transición hacia una economía circular, sostenible y competitiva, así como reducir el uso de materias primas vírgenes evitando al mismo tiempo «la fragmentación legislativa» en los Estados miembros.
Además de los tres puntos ya señalados, el nuevo reglamento obliga a la reciclabilidad de envases clasificando su calidad en tres niveles: A (un mínimo del 95 % de sus materiales), B (entre 80 y 95 %) y C (entre 70 y 80 %), aunque a partir de 2038 solo se admitirán aquellos con al menos el 80 % de material reciclado.
Para los envases en contacto con alimentos, los niveles mínimos de plástico reciclado son, en el caso del PET (Tereftalato de polietileno), de un 30 % en 2030 y de un 50 % en 2040 y, para otros plásticos, de un 10 % en 2030 y de un 30 % para 2040.
También incluye restricciones para los envases de plástico de un solo uso -como las frutas y verduras frescas de menos de 1,5 kilogramo- y el sobreenvasado, con nuevas directrices de diseño que optimizan el uso de materiales y reducen el espacio vacío en su interior.
En cuanto a los envases reutilizables para bebidas, los objetivos para la distribución incluyen presentar obligatoriamente un 10 % en 2030 y de manera voluntaria un 40 % en 2040.