Retail

La crisis de la cooperativa Mondragón aprisiona a Eroski

Eroski vive sus peores momentos.

Eroski vive sus momentos más bajos. Las ventas siguen cayendo, los bancos presionan y las acciones de los particulares se han devaluado un 30 por ciento tras un acuerdo con el Gobierno vasco. La Comisión Nacional de Mercados de Valores suspendía anteayer la cotización de los bonos de Eroski hasta analizar una propuesta pactada con las entidades financieras, para no dejar caer a Eroski y evitar su quiebra técnica. Este anuncio responde al catastrófico cierre de Eroski durante 2013, hasta el punto de que Cesce -Compañía Española de Seguros de Créditos a la Exportación- le ha vuelto a rebajar la cobertura de riesgo, lo que provocó la alarma e inquietud entre sus proveedores. Eroski ha conseguido llegar a un acuerdo con los bancos mediante el compromiso de vender activos inmobiliarios para poder refinanciar su deuda y ha conseguido convencer a sus acreedores que el modelo de nuevas tiendas le permitirá recuperar ventas, gracias a la figura de los franquiciados. Un poco de oxígeno pero que no dura mucho, ya que los pequeños inversores se han mostrado molestos con que sus acciones hayan bajado un 30 por ciento y muchos ya han pedido formalmente su dinero antes de que la caída sea mayor. El presidente de la asociación Kaltetuak, Ricardo González de Durana, señala que la cadena vasca tiene «un futuro muy negro», no sólo por las acciones de boicot de sus socios, sino porque este año Mercadona llega al País Vasco, y posiblemente se produzca un trasvase de compradores de Eroski a la cadena de Juan Roig.