Ambas organizaciones han criticado en un comunicado la propuesta de la Comisión Europea (CE) para modificar las normas de producción y comercialización de materiales de reproducción vegetal.
Ya ha finaliza el plazo para presentar enmiendas sobre ese proyecto a la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo (PE) y el día 18, a la comisión de Medio Ambiente de la Eurocámara.
Para ambas entidades, el texto presentado «limita los derechos del agricultor a vender sus propias semillas y supone una seria amenaza para la biodiversidad agrícola».
La nueva reglamentación «tiene especial importancia en el Estado español, ya que el Gobierno tiene contraídos compromisos internacionales relacionados con la conservación y uso de los recursos fitogenéticos», han añadido.
La CE presentó en mayo la propuesta, que debe ser consensuada entre la Eurocámara y el Consejo de ministros de la Unión Europea (UE); según COAG, el objetivo es aprobarla en la primavera de 2014, antes de las elecciones europeas.
A su juicio, el proyecto va «en la misma sintonía que la política dominante» sobre la producción y comercialización de semillas, «enmarcándola en un contexto de control, certificación, sanidad y registro ligado a una producción industrial, burocratizada y deslocalizada».
COAG y la Red de Semillas consideran que esas regulaciones no son nada favorables a los sistemas agroecológicos, ni a las microempresas de semillas de variedades tradicionales, y que tampoco contribuyen a la biodiversidad, ni a los derechos del productor a vender su propia simiente.
También han cuestionado que no se regule la utilización de semillas en huertos o jardines privados.
En su opinión, la propuesta «puede empeorar aún más» si se aceptan las enmiendas presentadas al PE.
Han pedido al Ministerio y a la Eurocámara que aseguren el respeto de los derechos de los agricultores -en concreto para los que hacen venta directa de semillas como complemento de sus actividad-, de manera que estén exentos de las exigencias que se impongan al resto de operadores.
Han solicitado reglas adaptadas a las «microempresas artesanales», diferentes de las que rigen a las grandes empresas de semillas de «producciones deslocalizadas y distribución kilométrica», al igual que normas especiales para las variedades de la agricultura ecológica.
Por otro lado, han reclamado información en el etiquetado para garantizar la «transparencia» en los métodos de selección y la propiedad intelectual.