La investigación se inició a raíz de la denuncia presentada por la propietaria de la finca, ubicada en el camino de la Rivera, y las primeras pesquisas permitieron a los agentes localizar el vehículo utilizado por los autores del hecho para huir del lugar con la fruta sustraída.
La Policía identificó al dueño del vehículo y a los otros dos jóvenes que supuestamente participaron en el hurto y procedió a sus detenciones, momento en el que los arrestados argumentaron que, cuando sucedieron los hechos, estaban paseando a sus perros y decidieron recolectar la fruta.
En el transcurso del operativo, los agentes descubrieron el lugar donde fueron vendidos los aguacates, tratándose de una corrida de frutas del municipio de Algarrobo (Málaga), lonja a la que normalmente el dueño del vehículo llevaba su propia fruta, ya que su familia posee una finca dedicada al cultivo de subtropicales.