La administración británica descubrió que en algunas explotaciones frutícolas de Derby y Lincolnshire había un amplio número de empleados trabajando pero de manera ilegal, al ser inmigrantes ilegales sin papeles y sin pasaportes.
La decisión fue tomada por el United Recruitment Services ya que de los 79 trabajadores que había en una granja en Derby, sólo 15 disponían de papeles y el resto no.
La Agencia británica anunció a los empresarios, cuyos nombres no han sido desvelados, que se les acusaba de 11 delitos contra la seguridad laboral y el derecho de los trabajadores.
La empresa afectada recurrió la decisión hasta que el Tribunal tomase partido con la idea de que los trabajaodres volviesen a la actividad y no perder la cosecha. Solo los 15 trabajadores legales fueron readmitidos por ley a sus labores.
La mayoria de estos trabajadores eran nacidos en la India con pasaportes falsos.