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COAG solicita a la Junta de Andalucía la unificación de criterios de calidad entre las distintas certificadoras

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La Consejería de Agricultura ha publicado hoy en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) el nuevo Reglamento específico de producción integrada de cultivos hortícolas protegidos, de especial importancia para la agricultura invernada de Almería. La nueva norma refunde en un solo texto los anteriores reglamentos establecidos por producto (tomate, pimiento, calabacín, berenjena, judía, pepino, melón y sandía) y ahonda en la utilización de insectos auxiliares para el control de plagas.

El reglamento autonómico contempla los requisitos que deben cumplir las explotaciones agrícolas intensivas y las prácticas obligatorias, prohibidas y recomendadas bajo producción integrada.

La principal novedad del texto es que profundiza en la utilización de insectos auxiliares para el control de plagas, dictando una serie de pautas a seguir en producción integrada. En este sentido, el reglamento recoge cultivo a cultivo las diferentes plagas existentes, los criterios de intervención y sus correspondientes organismos de control biológico (indicando el modo de aplicación y las dosis óptimas de suelta en cada caso), así como los productos fitosanitarios autorizados compatibles con la suelta de insectos auxiliares. También se realizan una serie de recomendaciones preventivas y culturales que favorecen la instalación de los bichos en la explotación.

Pese a que el reglamento llega con la campaña agrícola iniciada, COAG Almería «celebra la publicación de un reglamento muy esperado por el sector hortofrutícola almeriense. Este año, miles de agricultores han comenzado a aplicar la lucha integrada en sus explotaciones invernadas por lo que este reglamento se convierte en una especie de guía oficial de cultivo».

De cualquier forma, COAG Almería ha solicitado al Gobierno andaluz que trabaje para favorecer la unificación de criterios entre las distintas empresas certificadoras. COAG entiende que «la heterogeneidad de las normas de calidad que se exigen a las producciones hortofrutícolas resulta confusa y costosa en ocasiones para el agricultor, sobre todo cuando existen unos criterios oficiales como los recogidos en este reglamento que ya aseguran una producción segura y de calidad».