Investigadores de la Universidad de Huelva y la Universidad de Oviedo han llevado a cabo un estudio que les ha permitido constatar los beneficios que, para el cultivo de la fresa, tienen las bajas temperaturas y un alto grado de humedad relativa, aumentando su calidad y mejorando sus características.
La investigación, liderada por los profesores Fátima Martínez, de la UHU y Pedro Palencia de la Universidad de Oviedo, ha tenido como objetivo analizar la eficiencia de la producción de fresa y su correlación con la temperatura y la radiación solar, según ha informado el servicio de investigación de la Universidad de Huelva.
Establecieron dos periodos diferentes en la temporada de cosecha: uno primero frío entre enero y marzo, caracterizada por bajas temperaturas y alto grado de humedad relativa, y otro tardío más cálido entre abril y mayo, con temperaturas altas y baja humedad.
Tras la recolección y análisis de los frutos, determinaron que la fresa de la primera etapa fue clasificada como fruta de primera clase, con gran calidad y con buenas características de color y forma para esta variedad, mientras la segunda, obtuvo los requerimientos mínimos pero no fue de primera clase.





















