Las previsiones apuntan a una cosecha superior en un 50 por ciento en comparación con el año pasado que se produjo un descenso del 25 por ciento respecto a los años anteriores.
Estas perspectivas están, sin embargo, ligadas a las condiciones meteorológicas, ya que es necesario que el calor y el sol estén presentes este verano. A diferencia del verano pasado que registró temperaturas más frescas de lo normal, lo que provocó un retraso y un menor volumen en la producción de esta fruta.





















