La Unió ha informado de que se han registrado daños importantes por el pedrisco que cayó el pasado martes en algunas zonas de la Comunitad Valenciana.
La granizada afectó a la Ribera Alta, sobre todo a los términos municipales de Alfarp, Catadau, Llombai, Carlet, Benimodo, l’Alcúdia y Guadassuar.
El cultivo más afectado es la fruta de verano, sobre todo el melocotón, la nectarina y el ciruelo, pero también los caquis o los cítricos en la fruta que empezaba a cuajar.
A falta de una completa evaluación, hay zonas con daños de prácticamente el cien por ciento, con lo que habrá probablemente merma de cosecha y descenso en los trabajos de recolección y almacenes.
En Carlet se han estimado las consecuencias en más de 6 millones de euros tanto por la fruta dañada como por los salarios que se dejarán de percibir en la manipulación de la cosecha en almacén.
En Catadau se ha echado a perder el 75 por ciento de la cosecha de melocotón y nectarina, mientras que en Llombai hay dos zonas muy dañadas que perderán prácticamente toda la producción de fruta y el resto también tiene daños relevantes, y en Alfarp se ha podido perder el 30 por ciento de la fruta de verano.
En la provincia de Alicante, la zona del níspero de Callosa d’En Sarriá, un cultivo en el inicio de su campaña de recolección, también se ha visto afectada por el pedrisco y se une a los daños que ya habían causado las lluvias de los últimos días y a la reducción del calibre del fruto por el invierno seco.
Las pérdidas podrían afectar entre un 15 y un 20 por ciento de la cosecha, según La Unió, que indica que los agricultores confían en que no haya nuevas tormentas y que el fruto aún verde aumente su calibre con las lluvias recibidas.
También la cereza de la zona de la montaña de Alicante ha sufrido los efectos del agua y el pedrisco, al afectar a las variedades más tempranas.
La producción prevista para esta campaña era de 5 millones de kilogramos, de los que alrededor de la mitad estaba en fase de maduración.
La organización agraria ha explicado que cuando pasen algunos días se conocerá la producción dañada pues dependerá de su maduración y del agua caída en cada parcela.
El pasado fin de semana el pedrisco también afectó a los cítricos, sobre todo el limón, y algunas hortalizas como la patata, en la comarca de la Vega Baja.
Algunas poblaciones de las comarcas de l’Horta y Camp de Túria en la provincia de Valencia también sufrieron los efectos de las recientes tormentas en el caso de los cítricos.
A pesar de estos daños, las lluvias son muy beneficiosas para el campo valenciano porque han servido para ahorrar riegos en los campos, recargar los acuíferos o limpiar los árboles para evitar plagas o enfermedades.