«Los agricultores que han invertido tiempo, dinero y esfuerzo en sacar adelante una excelente cosecha de zanahorias, a pesar de los altísimos costes de producción, que se han incrementado hasta casi un 50% desde el último año, no dan crédito a que nadie quiera comprar zanahorias en Andalucía», ha informado esta organización en un comunicado.
El motivo que les dan los compradores habituales es que el mercado está saturado, ha explicado la COAG, que exige a las administraciones “que dejen el papel mojado y que regulen el mercado que está fuera de control y en manos de la especulación más severa» y sostiene que para ello es imprescindible poner en marcha mecanismos de control eficaces que eviten la competencia desleal, entre otras medidas.
Diego Bellido, responsable de Productos Transformados de COAG, ha explicado que desde hace diez años los clientes fundamentales de compra de zanahorias, que son principalmente holandés y alemán, se están autoabasteciendo porque están llevando una política de recolección y meten en cámara.
Por tanto, lamenta que «las zanahorias de España y otros países ya no les valen. Francia e Inglaterra tienen la misma política, por lo que nos vemos abocados a arar las zanahorias que se han sembrado en Sevilla, Cádiz y Córdoba, que son las mayores provincias productoras«.
Según el responsable de Transformados de COAG, una hectárea de zanahoria, sin incluir la recolección, estaba en torno a 3.500 ó 4.000 euros de gastos, mientras que esta campaña ha llegado a 5.000 euros, con la subida de los costes, y si esa cantidad se multiplica por 4 hectáreas de media por explotación, las pérdidas son 20.000 euros.
Diego Bellido ha afirmado que «los contratos no valen para nada porque lo que hacen es retrasar la recolección y empiezan a hacer los descuentos, de un 30 o 40 % y quieren comprar a pérdidas en origen. Están ofreciendo 0,18 euros por kilo e incluso menos».