El gerente de Mercavalencia, José Joaquín García, se enfrenta a seis años de prisión por presuntamente envenenar bebidas que se llegaron a vender en negocios de la provincia de Valencia y por reclamar dinero a una cadena de distribución a cambio de no volver a repetir su acción en otros establecimientos. La Fiscalía le acusa de ser el autor de un delito contra la salud pública y de otro de extorsión, según publica el diario valenciano Las Provincias.
Los hechos ocurrieron el 1 marzo de 2007. Ese día, empleados de un establecimiento descubrieron una nota anónima en la que se alertaba de que dos envases de una marca de bebidas contenían veneno. Añadía que no era ese el único local en el que se había introducido el producto tóxico.
La misiva ordenaba la publicación de un anuncio en prensa con un número de teléfono en caso de que la compañía quisiera pagar una cantidad de dinero y evitar que la noticia saltara a los medios de comunicación, según consta en el escrito de calificación publicado en el citado diario.
Las botellas que habían sido manipuladas presentaban una marca en la etiqueta. Un laboratorio comprobó posteriormente que el producto se encontraba adulterado, con un 40% de salfumán.
El anónimo se recibió el 1 de marzo. Pero, a finales de febrero varios consumidores ya habían adquirido algunas botellas que contenían esta sustancia tóxica. En concreto, se trata de al menos cinco clientes que llegaron a ingerir el producto con diferente resultado. En algunos casos simplemente notaron un sabor extraño y vomitaron.
Otros, en cambio, sí sufrieron lesiones de carácter leve y necesitaron ser atendidos en diferentes centros de salud. En total, la Fiscalía reclama una indemnización superior a los 6.000 euros a repartir entre las cinco víctimas. El acusado, según el escrito, había colocado ácido clorhídrico -en una concentración superior a los 100 g/l- en al menos seis botellas que fueron compradas en diferentes establecimientos.
Los agentes de policía efectuaron un registro en el domicilio del gerente, ubicado en una zona residencial de Valencia, y hallaron una botella de cinco litros de salfumán.
El recipiente se encontraba justo a la mitad. Al parecer, el hombre alegó que utilizaba el producto para la limpieza de la piscina y negó tener vinculación alguna con los hechos.