La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha hecho un primer balance de la campaña de fruta dulce de este año, en la que, a su juicio, las liquidaciones al agricultor no han respondido a las expectativas creadas al inicio de la campaña.
Según ha subrayado en un comunicado, la merma en la cosecha de las principales regiones productoras no se ha reflejado en los ingresos del agricultor, ya que, a pesar de un arranque «esperanzador en precios» y de que se han cubierto en general «los crecientes costes de producción», la rentabilidad ha sido «insuficiente».
El responsable del sector de fruta dulce de COAG, David Borda, ha reconocido que la campaña ha sido «mejor que el desastroso año 2011, pero eso era relativamente sencillo».
Sin embargo, ha añadido, a pesar del mayor escalonamiento en la salida al mercado, la mayor demanda de fruta y menor presión de la oferta, «los precios medios en el campo no están siendo lo que se esperaba, contradiciendo lo que vaticinaban algunas voces en el sector de forma errónea».
En el caso de la fruta de hueso, COAG ha recordado que las caídas han sido del 23 % para la nectarina, del 12 % para el melocotón, del 11 % para la ciruela y del 2 % para la cereza, con la única excepción del albaricoque, que registró un alza del 35 %.
En cuanto a precios medios, los mejores han sido para los paraguayos, entre 0,45 y 0,65 euros por kilo en origen, seguidos del albaricoque, con 0,45 euros y una caída con respecto al cerca de un euro que se abonaba al inicio de campaña.
Para el melocotón, el precio medio al agricultor se ha situado entre 0,35 y 0,45 euros por kilos.
En cuanto a la fruta de pepita, COAG sitúa la cotización media en 0,48 euros por kilo para la pera de mejor calidad y entre 0,35 y 0,55 euros por kilo para la manzana.
Estas cotizaciones no reflejan, en su opinión, «fluidez en el mercado» a pesar de las caídas respectivas del 29 y el 26 % para estas producciones, por lo que los ingresos finales para el agricultor «apenas servirán para cubrir costes».
La organización agraria también ha subrayado la «gran preocupación» por el recorte en la financiación de los seguros agrarios en el sector frutícola, que tradicionalmente cuenta con «un elevado nivel de aseguramiento», que se sitúa de media en el 86 % de las explotaciones de fruta dulce.
COAG ha demandado que se mantenga la financiación, ya que la ayuda al seguro «es la única manera de que el sector, con unos márgenes muy estrechos, cuente con una herramienta eficaz de gestión del riesgo a un coste asequible».
En este sentido, recuerda que los graves pedriscos y heladas sufridos por el sector durante esta campaña «habrían causado una debacle absoluta para los agricultores de no haber podido hacer frente al coste del seguro agrario».
COAG también ha hecho una llamada a que el sector potencie la fruta de calidad con una recolección de la fruta «en su óptimo estado de maduración, evitando enviarla a los mercados sin condiciones organolépticas suficientes», según ha explicado Borda, aspecto en el que cree necesario la implicación de la distribución.





















