Desde ya la cadena Pingo Doce permite a sus clientes traerse envases de plástico para preparar sus propias unidades de venta.
¿Desea Joao Felix llevarse un montón de cerezas y hacerlo en su propio tupperware?. Pingo Doce te lo permite. ¿Desea Nuno Vieria llevarse varios racimos de uva en su envase de plástico?. Pingo Doce te lo permite. O Ana Cavileira cargar cherries de diferentes colores en su ‘pack’ de plástico. Pingo Doce te lo permite.
La iniciativa es reducir el uso de envases de un solo uso y promover la reutilización fomentando un cambio en el comportamiento del consumidor hacia prácticas más sostenibles.
Los envases tienen que estar en «buen estado y ser limpios, secos y libres de olores, sin residuos y con tapa funcional», apunta el protocolo de la cadena lusa.
Antes el cliente debe llevar su tupper a los mostradores de servicio para que los empleados deduzcan el peso del envase del peso final en la caja de pago.
Pingo Doce no aceptará envases de vidrio, ya que suponen un riesgo para la seguridad alimentaria en caso de ruptura.
La cadena lusa usó 172.088 toneladas de plásticos en sus tiendas, de la que tan sólo un 0,4 por ciento fue reutilizable.
La cadena ya ha anunciado que para 2025 el 100 por ciento de los envases serán reutilizables, reciclables y compostables.