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La contratación de seguro en frutas y hortalizas supone hasta el 15 por ciento del coste de la explotación

El elevado coste centra las principales quejas de los agricultores y ganaderos sobre los seguros agrarios ofrecidos por Agroseguro, aunque también apuntan que algunas líneas no se adaptan a sus expectativas.

Para el coordinador del Grupo de Seguros de Cooperativas Agro-alimentarias, Ignacio Molina, las coberturas tradicionales contra heladas, pedriscos o incendios "siguen funcionando bien".

Puede ocurrir que productores sufran daños por rajado en la fruta o malformaciones en los bulbos por oscilaciones bruscas de temperaturas, pero que el seguro dictamine que no se deben a adversidades climáticas o que hubo mala praxis, y no pagar, según Molina, quien critica el alto coste de algunas líneas.

"Estamos más o menos contentos con el funcionamiento de Agroseguro, en sentido global", ha afirmado desde Asaja el responsable técnico Gregorio Juárez, quien reconoce que los afectados nunca están totalmente satisfechos con la respuesta del sistema en caso de siniestro, como ocurre en sectores como el hogar, los industriales o el automóvil.

"Pedimos que el seguro perite con rapidez y agilice las indemnizaciones y, eso, hay que reconocer que funciona bien", ha apuntado Juárez.

Ha resaltado la contratación "brutal" en zonas de frutales muy productivas y con alto riesgo de sufrir problemas como pedrisco -en algunas regiones lo hace hasta el 70 por ciento del sector-.

"Más o menos todos los cultivos se encuentran con problemas, con carácter general", en cuanto a su tratamiento por los seguros, si bien algunos están "mejor orientados" que otros, ha destacado el responsable del Área de Seguros Agrarios de COAG, Pedro García.

Entre las deficiencias, García ha señalado que los criterios de rendimientos asegurados que impone el sistema no siempre se adaptan a las necesidades del agricultor, si bien cita como la mayor insatisfacción los altos costes del seguro para el agricultor, debido a la reducción "importantísima" de las subvenciones públicas.

Muchos agricultores se encuentran, en caso de siniestro, con que no ven cubiertos por el seguro ni tan siquiera los costes de producción, lo que fomenta que en ciertos sectores no se contraten demasiado, como el seguro de explotación del ovino-caprino.

Desde UPA, el responsable técnico Javier Alejandre ha valorado la transparencia de Enesa a la hora de difundir datos sobre la evolución de la contratación, pero incide en la reducción de subvenciones tanto del Estado como de las CCAA para cofinanciación, lo que influye en el nivel de contratación.

En lo general, el sistema "funciona razonablemente bien", gracias al equilibrio entre Enesa, Agroseguro y el propio sector, ha dicho.

Según Alejandre, contratar un seguro en frutas y hortalizas puede suponer hasta el 15 por ciento de los costes de la explotación, aunque no sólo el factor precio es determinante: "El nivel de contratación depende de lo acertado de la línea, si responde a las necesidades del sector y a la percepción de riesgo que tienen los agricultores".

En el caso de las frutas y hortalizas, pese a su coste, tiene un alto nivel de aseguramiento, porque los productores no tienen el colchón de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) en caso de sufrir un desastre.

Ha pedido más interacción para imbricar la política de seguros con la política agraria, porque cree que hay demasiada "endogamia" y poca comunicación de Enesa y Agroseguro con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, y que se conecten con las políticas horizontales, con las medidas agroambientales o los programas de incorporación.