El Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) ha desarrollado una malla biodegradable y compostable para envasar cítricos, patatas, cebollas o moluscos que se puede desechar para su reciclado junto con el resto de residuos orgánicos, generados tanto en el hogar como en las superficies comerciales.
La nueva malla, ha informado AIMPLAS en un comunicado, mantiene «todas las propiedades» convencionales del envase, pero en condiciones de compostabilidad industrial se convierte en abono para las plantas «en un tiempo inferior a seis meses», de manera que se incorpora de nuevo al ciclo de cultivo de los productos que ha contenido.
El precio del producto final «solo aumentaría en un céntimo por kilo de producto envasado», una cualidad que AIMPLAS considera destacable ya que el valor añadido «mantiene el sobrecoste en un rango de precios asumible para la industria de la alimentación».
«Cinco kilos de patatas envasados en malla biodegradable costarían cinco céntimos más que cinco kilos de patatas envasados en la malla tradicional», ha explicado la entidad.
Este innovador producto cumple con «todos los requerimientos funcionales» y se puede fabricar en todas las variantes presentes en el mercado para envasar diferentes tipos de producto, según AIMPLAS.
Las mallas pueden ser «orientadas», de forma que mantienen su forma original con el producto en su interior, como los ajos; «no orientadas», para cítricos o patatas, o «combinadas», que permiten ver el producto, dejarlo transpirar, y evitan que los residuos o el polvo caigan fuera.
El envase es resultado de las investigaciones llevadas a cabo por AIMPLAS en el marco del proyecto ECOBIONET, en colaboración con la firma gallega Ecoplas, la murciana Cristóbal Meseguer, la alemana Tecnaro y la compañía belga OWS, y ha contado con la financiación del Programa Marco para la Competitividad y la Innovación.